¿Cómo incorporar elementos narrativos y creativos en tu libro de no ficción?

La no ficción puede ser tan interesante, dinámica y emocionante como la ficción

Imagen ilustrativa

Como he comentado en algún artículo anterior, la escritura de no ficción es un género que abarca una gran variedad de temas, entre los que puedo citar la historia, la ciencia, el periodismo, la biografía, la religión y el ensayo, aunque hay muchísimos más. La no ficción se caracteriza por presentar hechos verificables, datos precisos, argumentos lógicos y fuentes confiables, pero eso no significa que tenga que ser aburrida, monótona o impersonal. Al contrario, la no ficción puede ser tan interesante, dinámica y emocionante como la ficción, si se aplican algunos elementos narrativos y creativos que le den vida al texto.

En este artículo, voy a compartir contigo cómo puedes incorporar elementos narrativos y creativos en tu libro de no ficción, que capten la atención de tus lectores, transmitan tu mensaje con claridad y eficacia, y muestren tu voz y tu estilo como escritor. Para ello, voy a dividir el artículo en tres partes:

  • La estructura: cómo organizar tu libro de no ficción de forma coherente y atractiva.
  • El contenido: cómo elegir y presentar la información que quieres compartir con tus lectores.
  • El lenguaje: cómo usar las palabras, las frases y los recursos literarios para crear un texto fluido, vívido y persuasivo.


La estructura

La estructura es el esqueleto de tu libro de no ficción. Es la forma en que ordenas y distribuyes las partes que componen tu obra: el título, el prólogo, los capítulos, las secciones, los epígrafes, las citas, las notas al pie, el epílogo, etc. Esta columna vertebral de la obra tiene que ser coherente con el tema, el propósito y el público de tu libro. Además, tiene que ser atractiva para despertar el interés de tus lectores y mantenerlos enganchados hasta el final.

Algunos elementos narrativos y creativos que puedes usar para mejorar la estructura de tu libro de no ficción son:

  • El hilo conductor: es el tema central o la idea principal que une todas las partes de tu libro. Tiene que ser un apartado claro, relevante y original. Para ello, puedes usar una pregunta, una hipótesis, una tesis, una metáfora o una anécdota para introducirlo al principio del libro y retomarlo al final para cerrar el círculo.
  • El arco narrativo: es la forma en la que organizas los acontecimientos o los argumentos de tu libro para crear una trama con un inicio, un desarrollo y un desenlace. El arco narrativo tiene que tener un equilibrio entre la exposición, la acción y la resolución, y para conseguirlo puedes usar técnicas como el suspense, el cliffhanger, el flashback o el flashforward para generar expectación, sorpresa o emoción en tus lectores. Sí, lo sé, no es fácil hacer esto en una obra de no ficción, pero no imposible.
  • La voz narrativa: es el punto de vista desde el que cuentas tu historia o expones tu tema. La voz narrativa tiene que ser coherente con tu rol como escritor y con tu relación con tus lectores. Puedes usar la primera persona para darle un tono más personal e íntimo a tu texto; la segunda persona para interpelar directamente a tus lectores e involucrarlos en tu discurso; o la tercera persona para adoptar una perspectiva más objetiva e imparcial.


El contenido

El contenido es el corazón de tu libro de no ficción y contiene la información que quieres transmitir a tus lectores sobre el tema que has elegido. Es importante destacar que este contenido tiene que ser veraz, relevante y actualizado. Además, tiene que ser interesante para despertar la curiosidad de tus lectores y satisfacer sus necesidades o expectativas.

Algunos elementos narrativos y creativos que puedes usar para mejorar el contenido de tu libro de no ficción son:

  • La investigación: es el proceso de buscar, seleccionar y contrastar las fuentes de información que vas a usar para sustentar tu texto. La investigación tiene que ser rigurosa, exhaustiva y ética. Puedes usar fuentes primarias (documentos originales), secundarias (estudios o análisis sobre los documentos originales) o terciarias (resúmenes o compilaciones sobre los estudios o análisis). También puedes usar fuentes bibliográficas (libros, artículos, ensayos), hemerográficas (periódicos, revistas, boletines), audiovisuales (películas, documentales, podcasts) o digitales (sitios web, blogs, redes sociales).
  • La selección: es el proceso de elegir la información más relevante, significativa y original de entre todas las fuentes que has consultado. La selección tiene que ser pertinente y creativa, y debe seguir unos criterios coherentes con el tema que estés tratando. Puedes usar técnicas como el filtrado, el ordenamiento, la jerarquización o la clasificación para organizar la información según su importancia, su relación o su categoría. También puedes emplear otras técnicas como la comparación, la contraposición, la ilustración o la ampliación para enriquecer la información con ejemplos, datos, cifras o testimonios.
  • La presentación: es el proceso de mostrar la información a tus lectores de forma clara, atractiva y comprensible. La presentación tiene que ser didáctica, dinámica y estética. Puedes usar recursos como las tablas, los gráficos, las imágenes, los mapas o los diagramas para facilitar la visualización y la comprensión de la información. También puedes usar recursos como las citas, las preguntas, las anécdotas o las historias para darle un toque más humano y cercano a la información.


El lenguaje

El lenguaje es el alma de tu libro de no ficción. Es el medio que usas para comunicarte con tus lectores y expresar tu mensaje. El lenguaje que uses tiene que ser adecuado, preciso y coherente, y además debe ser variado, fluido y persuasivo.

Algunos elementos narrativos y creativos que puedes usar para mejorar el lenguaje de tu libro de no ficción son:

  • El vocabulario: es el conjunto de palabras que usas para nombrar o describir las cosas, las personas, los lugares o las ideas. El vocabulario tiene que ser específico, exacto y apropiado. Puedes usar términos técnicos o especializados cuando sea necesario para darle rigor y credibilidad a tu texto; pero también puedes usar términos coloquiales o familiares cuando sea conveniente para darle sencillez y naturalidad a tus escritos.
  • La sintaxis: es el conjunto de reglas que rigen la forma en que ordenas y combinas las palabras para formar frases. La sintaxis tiene que ser correcta, lógica y coherente. Puedes usar frases simples o compuestas, según el grado de complejidad o de énfasis que quieras darle a tu mensaje; pero también puedes usar frases coordinadas o subordinadas, según el grado de conexión o de dependencia que quieras establecer entre las partes de tu mensaje.
  • La estilística: es el conjunto de recursos literarios que usas para embellecer o enriquecer tu texto. La estilística tiene que ser adecuada, moderada y original. Puedes usar recursos como la metáfora, la ironía, el humor o la aliteración para darle un toque más creativo y expresivo a tu texto. Además, también puedes usar recursos como la repetición, la enumeración, el contraste o la paradoja para darle un toque más enfático y persuasivo a tus escritos.


¿Qué conclusión sacamos?

La escritura de no ficción es un género que requiere de una combinación equilibrada entre la información y la imaginación; entre los hechos y las historias; entre el rigor y la creatividad. Incorporar elementos narrativos y creativos en tu libro de no ficción te ayudará a crear un conjunto más interesante, atractivo y eficaz; un texto que logre captar la atención de tus lectores, transmitir tu mensaje con claridad y mostrar tu voz y tu estilo como escritor.

Espero que este artículo te haya sido útil e inspirador para escribir tu propio libro de no ficción...


¡Hasta la próxima publicación